REDACCIÓN PARA PRINCIPIANTES Los primeros consejos que suelo dar a mis estudiantes del curso de redacción se refieren al proceso previo de escritura, es decir, la planificación, pues constituye la base sobre la cual se erige todo el proceso de textualización (redacción). Al respecto, les digo que el primer paso es la delimitación del tema o problema sobre el cual pretendo escribir. Una de las cualidades que debe poseer todo texto escrito es la Unidad temática; pero, ésta sólo la consigo cuando sé con absoluta claridad sobre qué realidad específica quiero tratar. Muchos cometen errores de redacción que atentan contra la unidad temática, debido a la falta de claridad y delimitación del tema. Después que he delimitado el tema, debo consultar toda la información que pueda sobre éste, a través de la lectura (de textos visuales, sonoros y/o audiovisuales). Sólo puedo hablar o escribir de lo que conozco, de aquello que puedo discutir con un par, de aquello de lo que puedo dar cuenta. Por ello, es imprescindible conocer el tema a fondo, estar al tanto de todas las aristas posibles, de los distintos puntos de vista que existan sobre el asunto. Durante el proceso de lectura, debo procesar la información mediante herramientas como el resumen, los esquemas, la reseña, los cuadros comparativos, las fichas de lectura, entre otros. Es importante que anote las referencias bibliográficas de los textos que consulto, para poder citarlos en el texto que me propongo escribir. Al respecto, siempre debo recordar que citar las ideas de otra persona no es una debilidad, al contrario, representa todo mi trabajo previo de estudio del tema que quiero abordar. Posteriormente, es imprescindible organizar –en forma jerárquica- las ideas que quiero comunicar sobre el tema. Al respecto, existen varias técnicas que podría usar, tales como: la lluvia de ideas o esquemas organizativos (en forma de árbol, cuadro sinóptico, espiral, índice, entre otros). Estos esquemas permitirán que no me vaya por las ramas, que pierda el hilo, que repita ideas, que deje por fuera algunas ideas importantes.   ¿Por qué estos pasos previos a la escritura son tan importantes? La escritura no es un proceso natural. Es una herramienta tecnológica que se inventó porque las personas necesitamos comunicarnos en la distancia y dejar un registro material de nuestra realidad interior: mental-espiritual (conocimientos, sentimientos, deseos, etc.). Dado que es un instrumento, requiere adiestramiento. Ese adiestramiento inicia con el reconocimiento de que la comunicación (oral o escrita) es un proceso posterior al pensamiento. El requisito previo de la comunicación es: pensar en algo, organizar en mi mente las ideas que quiero comunicar; esa organización se sustenta en las reglas gramaticales de mi lengua materna. Posteriormente, las ideas se expresan a través de un enunciado (oral o escrito) que debo seleccionar con base en la pertinencia y eficacia. MOLDES SIMPLES PARA IDEAS SIMPLES Las ideas simples son como un pequeño cuento que tiene un protagonista que hace algo o al que le pasa algo. En el primer caso, el protagonista aparece representado como el agente de la acción, el que realiza la acción narrada por un verbo conjugado en forma personal . Por ejemplo: (1) “Ana trabaja en las mañanas en una universidad” Observa que este enunciado representa una idea que tiene la estructura bimembre de una oración gramatical: tiene una parte que funciona como sujeto (Ana) y otra parte que funciona como predicado (trabaja en las mañanas en una universidad). El núcleo de esta estructura es el verbo trabaja que está conjugado en tercera persona singular (él/ella); si te fijas con atención, esa tercera persona singular concuerda con la palabra Ana. En el segundo caso, el protagonista aparece como paciente o beneficiario sobre el cual recae la acción del verbo que puede ser perjudicial en el primer caso o benéfica en el segundo. Por ejemplo: (2) “Carlos recibió un beso de su esposa” (3) “Carlos recibió una bofetada de su esposa”. Observa que estos enunciados representan una idea que también tienen la estructura bimembre de una oración gramatical: tienen una parte que funciona como sujeto (Carlos) y otra parte que funciona como predicado (recibió un beso/una bofetada de su esposa). El núcleo de esta estructura es el verbo recibió que está conjugado en tercera persona singular (él/ella); si te fijas con atención, esa tercera persona singular concuerda con la palabra Carlos. De lo anterior, podemos concluir que las ideas simples se pueden verter en moldes igual de simples: las oraciones que constan de un solo predicado, es decir, que tienen un solo verbo conjugado en forma personal, al que le puedo atribuir una persona gramatical (primera, segunda o tercera). Estos moldes o estructuras que los lingüistas llamamos oraciones pueden ser expresados en voz activa como en (1) o en voz pasiva como en (2) y (3). La elección entre una voz y otra depende de la intención comunicativa del escritor. Cuando se usa la voz activa, la intención es representar al protagonista de la idea como el autor material de los hechos que se narran. Cuando se usa la voz pasiva, la intención es representar al protagonista de la idea como el receptor (paciente/beneficiario) de una acción que realiza otro personaje. Al respecto, Cassany (2004) recomienda dejar actuar a los actores: “Si los protagonistas reales de lo que se explica, coinciden con l sujeto y el objeto gramaticales, la frase gana transparencia. En cambio, si la prosa esconde a los protagonistas semánticos en construcciones impersonales o pasivas, el discurso pierde fuerza” (p.111). Para ello, sugiere “introducir un actor en cada frase, que actúe de sujeto animado”. Ilustra con el siguiente ejemplo: Incorrecto: Antes de preparar la primera taza, se llena el depósito de agua, se añade el café molido a la cápsula, y se deja calentar la máquina hasta que se apague la luz piloto. Correcto: Antes de preparar la primera taza, llene el depósito de agua, añada el café molido a la cápsula, y deje calentar la máquina hasta que se apague la luz piloto. MOLDES COMPLEJOS PARA IDEAS COMPLEJAS No obstante, el pensamiento humano es complejo por cuanto es relacional; y la oración simple resulta insuficiente para expresar todas nuestras ideas; de ahí, que requiramos de moldes más complejos que nos permitan relacionar varias ideas: las oraciones compuestas. Estas oraciones se caracterizan porque constan de más de un predicado (más de una idea), entre los cuales pueden establecerse dos tipos de relación: coordinación y subordinación. La relación de Coordinación se establece cuando dos ideas simples e independientes se unen para conformar una idea más amplia con unidad de sentido. En este caso, la idea coordinada que resulta no es la simple suma de la idea uno y la idea dos, sino que su sentido rebasa el significado individual de cada una de ellas. Por ejemplo: (4) “[Mi mamá lava el carro]1 y [mi papá prepara el almuerzo]2”. Si observas con atención, de esta idea compleja se podría inferir que, en el hogar del que se habla, las relaciones de género tradicional son subvertidas por alguna razón. Este sentido no lo podríamos obtener observando el significado de cada una de las ideas simples por separado. La relación de Subordinación consiste en la unión entre dos ideas simples que se implican mutuamente. Las dos ideas carecen de independencia, la una requiere de la otra para poder expresar un sentido completo. Una de ellas cumple el rol de idea principal y la otra, de secundaria. Por ejemplo, “[Carmen piensa]1 [que su padre le prepara una sorpresa]2”. Fíjate que, si separáramos las ideas simples, no tendrían sentido completo por sí solas. La relación de Yuxtaposición ocurre cuando se unen varias ideas simples de forma asindética, es decir, suprimiendo las marcas que establecen el nexo de coordinación o de subordinación. Es el sentido el que indica el tipo de relación que se da entre ellas. Por ejemplo: “…”.   CLASES DE IDEAS COORDINADAS La clasificación de las ideas coordinadas se establece en función de las relaciones semánticas creadas entre ellas y se reconoce por el valor de significación de los nexos que las unen. En este sentido hallamos: copulativas, disyuntivas, distributivas, adversativas y explicativas. Copulativas: ideas que se unen entre sí de manera que el significado de una se añade al de las otras. La relación entre ellas es de suma o adición. Los nexos coordinantes son: y/e, no sólo…sino también, además de… Disyuntivas: ideas que se unen para presentar alternativas, es decir, expresar una opcionalidad. Pueden ser excluyentes entre sí o no excluyentes, según si la elección expresada por una de ellas niegue la opción de las otras. Los nexos disyuntivos son: o/u, o bien. Distributivas: ideas que reparten en varios elementos una idea más global, expresando correlación entre tales elementos. Los nexos más frecuentes son: unos…otros…algunos… Adversativas: ideas que expresan un contraste de significado total o parcial entre ambas. Los nexos que se usan son: pero, sino que, aunque, no obstante, sin embargo, etc. Explicativas: ideas compuestas en las que una idea simple se coordina a otra para aclarar o precisar su significado. Los nexos explicativos son: es decir, o sea, esto es, por ejemplo, etc.   CLASES DE IDEAS SUBORDINADAS Al igual que las coordinadas, la clasificación de las ideas subordinadas se establece en función de las relaciones semánticas creadas entre ellas y se reconoce por el valor de significación de los nexos que las unen. En este sentido hallamos: especificativas, explicativas, circunstanciales, comparativas, causales, concesivas, consecutivas, condicionales y finales. Subordinadas Especificativas: son aquellas que restringen el significado del sujeto expresado por la idea principal para distinguirlo de los restantes de su especie. Subordinadas Explicativas: son aquellas que informan sobre una cualidad o circunstancia que describe al sujeto expresado por la idea principal. Constituyen una aclaración de la idea principal. Subordinadas Circunstanciales: ideas secundarias que expresan las circunstancias de la acción formulada por la idea principal. - De modo: expresan, a modo de comparación, la manera en que se realiza la acción de la idea principal. - De lugar: identifican el espacio donde ocurre la acción expresada por la idea principal. - De tiempo: identifican la situación temporal en que transcurre la acción expresada por la idea principal. Pueden indicar simultaneidad, anterioridad, posterioridad o reiteración. Subordinadas Comparativas: son aquellas ideas que funcionan como segundo término de una comparación (de igualdad, superioridad o inferioridad) cualitativa o cuantitativa formulada por alguno de los elementos de la idea principal. Se usan nexos comparativos: tan…como…, menos…que…, más…que…, etc. Subordinadas Causales: son ideas secundarias que expresan el motivo por el cual se realiza la acción de la idea principal. Los nexos pueden ser: porque, ya que, puesto que, etc. Subordinadas Concesivas: son las ideas secundarias que establecen una relación de contraste con lo expresado por la idea principal. Expresa objeciones a la acción referida por la idea principal, pero no la impiden. Los nexos usados son: aunque, por más que, a pesar de que, si bien, etc. Subordinadas Consecutivas: son las ideas secundarias que informan de una consecuencia derivada de la acción de la idea principal. Por lo tanto, expresan una relación de causa-efecto. Los nexos que las identifican son: de modo que, así que, tanto que, por lo tanto, luego, etc. Subordinadas Condicionales: son aquellas ideas secundarias que expresan una condición necesaria para que se realice la acción de la idea principal. Los nexos que se usan son: si, en el caso de que, siempre que, con tal que, como, en el supuesto de que. Subordinadas Finales: son las ideas secundarias que expresan la intención, finalidad u objetivo de la acción de la idea principal. Los nexos usados son: para que, a fin de que, con el objeto de que, con vistas a que.
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